martes, 8 de noviembre de 2011

Llamadores de ángeles


El tema de hoy, los llamadores de ángeles.



Éstos los descubrí hace un par de años, y desde entonces, no he dejado de verlos. Sí, ¡parece que se han puesto de moda! Los llamadores de ángeles no son más que unos originales colgantes hechos en plata, que en su interior ocultan (o muestran según el modelo) una bola de cobre que produce un bonito sonido al ser agitado. Es decir, se trata de un tipo de sonajeros o cascabeles. Más concretamente, se trata de unos amuletos usados para protegernos de los problemas. Parece ser que de origen asiático, también se ha utilizado como elemento de ayuda para mujeres embarazadas..


Existen un montón de leyendas a su alrededor. La historia que más he “oído” por la red explica que este amuleto fue un regalo que los ángeles hicieron a los duendes que se encontraban en los bosques, cuando éstos fueron acosados por los seres malvados de la naturaleza, los trolls. Al escuchar su sonido, producido por un suave tintineo por parte de los duendes, los ángeles acudían a socorrerlos. Eso sí, cada ángel regaló uno de estos amuletos a un duende, y no podían ser compartidos o perderían sus poderes. Es por eso que se dice que un llamador de ángeles no puede ser comprado, sólo regalado. Y que la bola de cobre que alberga en su interior, sólo debe ser usada por su propietario, y si alguien más la toca, debe purificarse a la luz de la luna llena.


Por otro lado, en cuanto a su uso en las madres embarazadas, existe una buena explicación científica al respeto. Los fetos comienzan a reconocer los sonidos a partir de la semana 18-22 aproximadamente. Existen estudios que demuestran que el uso de un sonido de forma repetida sobre el feto cuando se encuentra en el útero, luego son capaces de reconocerlos una vez han nacido. De esta manera, el uso de los llamadores de ángeles, con largos cordones que consiguen situar este amuleto a la altura del vientre, permite que el bebé reconozca el sonido y lo relacione a la tranquilidad y bienestar de su estancia uterina. De esta manera, se consigue tranquilizar al bebé en estados de estrés. De gran utilidad es, por ejemplo, si pensamos que de pequeño vamos a dejar a nuestro hijo con terceras personas, ya que el sonido del llamador relajará al bebé aunque no se encuentre en los brazos de su madre, única.
Ya desde el punto de vista de este blog, comentaremos que estos artilugios son auténticas obras de artesanía. Hechas a mano, y con la proporción adecuada de aleación para conseguir ese precioso sonido. Además, existen multitud de diseños, desde los más tradicionales a los llamadores más modernos y llenos de colorido que podemos encontrar hoy en día en muchas tiendas o joyerías. Entre los más habituales, distinguiremos entre los siguientes tipos.
Con o sin cofre. Pueden ser compactos, es decir, que la bola de plata está totalmente soldada, no se ve la bola de cofre interior. Normalmente llevan una filigrana de plata, que es la que caracterizará a cada llamador. O pueden ser con cofre, es decir una estructura de plata, con una pequeña bisagra y un cierre. Éstos se pueden abrir (como un cofre), y muestran la bola de cofre que alberga en su interior.

Con o sin corona. Con esto hacemos referencia a la posibilidad que lleven una piedra semipreciosa incrustada en la parte superior, a modo de corona.
Bueno, esperemos que os gusten!

2 comentarios:

  1. En mi blog tengo colgado un relato titulado El LLamador de ángeles...que es mi post más visitado en 3 años...Para mi dice mucho. Gracias por recordarmelo.....Un abrazo

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  2. Gracias Winnie!! acabo de volver a leer tu historia, y sinceramente, será por original, pero es la más emotiva de la multitud de páginas sobre el tema que he visto!

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